viernes, 21 de diciembre de 2012

La pesca y la acuicultura dentro del enfoque ecosocialista

La pesca y la acuicultura dentro del enfoque ecosocialista

Hablar de ecosocialismo pasa por entender la necesidad de combinar los elementos económicos, las necesidades del ser humano actual, con el cuidado del ambiente, con la explotación racional de los recursos, de manera tal que éstos persistan para las generaciones futuras. En el medio marino, una de las principales acciones tomadas en el compromiso con la vida, lo constituyó la prohibición de la pesca de arrastre. No obstante, queda mucho por hacer. La práctica del arrastre con red tipo chinchorro, popularmente conocida como el "jala pa´tierra", los arrastres de camarón artesanales, las redes tipo filetes de fondo y la ausencia de una completa reglamentación en cuanto a tallas mínimas de las especies objetivo de pesca, producen daños considerables que deben ser estudiados, evaluados y corregidos en la medida que amerite luego de un análisis apropiado. El fin primordial, es acabar con los procesos de sobreexplotación que estarían afectando el reclutamiento de las poblaciones naturales de estas especies.

Para poner un ejemplo, y a manera de denuncia, personalmente pude constatar como en estos meses llegaron a las costas del Parque Nacional Mochima, enormes cardúmenes de la catalana (Priacanthus arenatus) en estadios juveniles. Tristemente, conglomerados de pescadores, sin una correcta información al respecto y con el esquema capitalista de producción donde lo que importa es la acumulación de riqueza sin medir las consecuencias, procedieron a diezmar estos bancos día tras día con capturas de hasta 150 kg por embarcación. La gran mayoría de estas catalanas no alcanzaban la madurez sexual, por lo que no lograron reproducirse. Si estas agregaciones se hubiesen protegido hasta que pudieran reproducirse, lo cual no ocurrió ni siquiera dentro del Parque, estaríamos garantizando suficientes ejemplares para la siguiente cohorte y un número mayor de catalanas, más grandes, con mejor precio y con mayor valor alimenticio. Por el contrario, lo que sucedió fue el exterminio de estos juveniles bajo el concepto capitalista de "pan para hoy sin importar el mañana". Vale la pena la autocrítica de ¿dónde estaban los organismos gubernamentales encargados del caso?

La pesca de arrastre artesanal del camarón y el "jala pa tierra" afectan los fondos marinos costeros en zonas someras que, como se ha demostrado en diversas investigaciones, sirven de criadero para un número significativo de especies con interés comercial. Además, las capturas incidentales, esto es, aquellas que no son sus objetivos principales de pesca, incluyen un conjunto relevante de juveniles de muchas especies de importancia ecológica y pesquera que, debido a su pequeña talla o al tipo de carne, son incluidos dentro de la llamada broza y desechados, ya muertos. El daño aquí, salvando las diferencias del caso, pudiera ser comparable al causado por la pesca industrial de arrastre. En el caso del filete fondero, las capturas incidentales normalmente son individuos adultos pero pudieran incluir especies protegidas como tortugas y delfines. Además, generalmente las redes son tendidas en la noche y levadas en la mañana, por lo que aquellos ejemplares que queden enmallados a primera hora, ya en la mañana están descompuestos o tienen una baja calidad sanitaria.

Frente a la problemática planteada, urge la implementación de un plan de evaluación exhaustivo de nuestros recursos pesqueros, que determine el impacto real de los artes de pesca, que establezca tallas mínimas de captura para las especies y que ofrezca alternativas de explotación sustentables. Evidentemente, en aquellos casos en los cuales se considere que ciertas prácticas deben ser prohibidas, al igual como se hizo con la pesca industrial de arrastre, se debe proponer un plan alternativo de empleo a las personas involucradas con el apoyo gubernamental que amerite. Paralelamente, debe desarrollarse una campaña de información en el sector pesquero con el propósito de sembrar conciencia y contribuir a la creación del Hombre Nuevo, imprescindible para la construcción del socialismo y para una implementación efectiva de los planes planteados.

Por otro lado, la preservación del medio marino pasa por entender la necesidad de potenciar la acuicultura. Aquí, le solicito al lector un ejercicio mental de imaginarse que si para cada bistec que quisiera comerse se viera obligado a cazar un venado o un animal silvestre. Obviamente, las tasas y las estrategias reproductivas de peces e invertebrados marinos garantizan una progenie mucho mayor que en mamíferos como la vaca, por lo que el impacto no es ni siquiera comparable; pero el camino de la búsqueda de alimento en lo silvestre, nos debe llevar inevitablemente al agotamiento de los recursos. Tal como sucede en la agricultura frente a la recolección de frutos, la acuicultura va a contribuir considerablemente a la disminución del impacto de la pesca sobre el medio acuático. De esta manera, el futuro de nuestros recursos marinos no solo va a depender de una explotación sustentable, de los controles, de la capacitación y de la educación al respecto, sino que también obedecerá al nivel de potenciación que le demos a la cría de organismos acuáticos como una alternativa de obtención de alimentos desde ese ambiente.

No obstante, se deben tomar algunas consideraciones respecto a la acuicultura desde un enfoque ecosocialista. Tal como están concebidos actualmente en muchos países, los cultivos acuáticos constituyen otro mecanismo más de explotación de grandes grupos económicos para generar capital y acumular riqueza. En general, la mayor parte de las empresas lo que hacen es cultivar especies caras para venderlas al mejor postor. En Venezuela, la industria camaronera es un claro ejemplo. Si lo que hacemos es cultivar un producto caro para exportar o para ser vendido a grandes hoteles y restaurantes, no estamos haciendo nada relevante en pro del II Plan Socialista de la Nación más que generar ciertos empleos bajo un mecanismo de opresión. El poder popular debe pasar a ejercer un real papel protagónico en la acuicultura. Los consejos de pescadores, los consejos comunales en general, las comunas, tienen que ser apoyadas técnica y tecnológicamente, para que empiecen a criar organismos acuáticos que sirvan para asegurar alimento marino de buena calidad y a bajo precio para los sectores populares. En el mismo sentido, la acuicultura concebida para repoblar poblaciones naturales amenazadas encaja dentro de este concepto ecosocialista y aportaría elementos tangibles en la preservación de la Vida. Nos viene un reto importante, la tarea no es fácil, pero no hay otro camino que vencer. Solo en socialismo garantizaremos el futuro de la especie humana así como de su entorno biológico, hidrológico, geológico y atmosférico. Viviremos y venceremos es una consigna que cada vez cobra mayor vigencia.

afarina46@yahoo.com

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